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“Quien sabe respirar bien, sabe cantar bien”, el sentido detrás del eslogan


Seguramente hayas escuchado esta frase, trillada por su repetición, y naturalmente siempre mal interpretada fuera de su contexto original. Ella, como todo eslogan, reduce un tema muy amplio al extremo del sinsentido, y en ese acto lo vacía de contenido.


En las líneas siguientes, te propongo pensar un poco sobre los posibles sentidos de esta frase para quienes estamos interesados en el canto.


Comencemos a despejar cuestiones.


¿Qué podría concluir a partir de esta frase, alguien se está preguntando cómo mejorar su canto?


Un razonamiento podría ser, que para cantar bien no sólo hay que aprender a respirar, sino que existe una manera correcta de hacerlo. Por lo tanto, si uno no canta bien, o no logra llegar a esa nota que quiere, el problema reside la respiración.


Esta primera línea de razonamiento ha servido de justificación para todo tipo de manipulaciones sobre la respiración y para ignorar olímpicamente, que el canto armonioso y bello, no depende de un solo factor, sino que es el resultado de la integración armónica de varios sistemas del cuerpo en movimientos muy sutiles y complejos.


Pero otra línea de pensamiento podría concluir que, si el secreto para cantar bien es respirar bien, entrenar la respiración mediante el yoga, la natación o los ejercicios foniátricos, pueden bastar para mejorar la voz. Cantar sería una extensión del hablar, y mejorar el canto una cuestión de práctica.


Este razonamiento justifica posiciones naturalistas respecto a la voz, que tampoco resuelven el problema cuando se necesita sostener el ritmo de una carrera profesional.


¿Hay un modo de interpretar esta frase para devolverle algo del sentido que probablemente tuvo en su contexto original de aplicación?


La respuesta a ambas preguntas es sí, aceptando siempre que la frase es en sí misma un gran reduccionismo. Pero, dejando ese punto de lado, podríamos interpretar que la consigna alude a las relaciones funcionales entre la respiración, la emisión y la resonancia. Veamos a que me refiero.


Como dije más arriba, el canto es el producto de la adaptación de distintos sistemas corporales a una función de comunicación extremadamente compleja. Podría decirse que el instrumento vocal, existe en forma potencial y se materializa sólo cuando esos sistemas se coordinan en los movimientos de ejecución.


Uno de los sistemas que integran el instrumento vocal es el respiratorio, y la respiración, es su función primaria. Sin entrar en detalles, podemos decir que, como todo sistema, el respiratorio es un complejo funcional del que participan diferentes partes del cuerpo, algunas de ellas involucradas específicamente en la función y otras de forma accesoria. Por ejemplo, los pulmones tienen como función primaria la respiración, mientras que, algunos músculos de la postura participan en la respiración, pero su función principal es postural. O el diafragma, cuya función central es la respiración, pero que también participa de la postura y la coordinación de los movimientos cruzados del cuerpo.


Ahora bien, el cuerpo todo es una unidad funcional y por eso todos los sistemas que cumplen funciones parciales dentro de él, se relacionan entre sí y se influencian mutuamente. Eso explica el sentido de nuestra frase.


Porque la respiración guarda estrecha relación con los sistemas de emisión y resonancia, los otros dos sistemas que se integran para conformar el instrumento vocal. Consiguientemente, la respiración puede incidir sobre ellos positiva o negativamente. Si la respiración está libre de compensaciones, será amplia y provocará una serie de efectos positivos en todo el cuerpo, algunos de ellos directamente relacionados con la resonancia o la emisión del sonido. El cantante experimentará una mayor facilidad en todos los aspectos de su canto

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Pongamos un par de ejemplos muy específicos que dejan clara la cuestión

  • La respiración puede incidir en la emisión, en la resonancia y consecuentemente en el timbre de la voz mediante la relación funcional entre la movilidad del diafragma y la elasticidad de la tráquea. Según el diafragma tenga o no posibilidades de moverse libremente, ejercerá o no una tracción en la tráquea que a su vez elongará y el tracto vocal. Los resultados se advierten en la riqueza armónica del sonido, pero también en la facilidad que experimenta el cantante para desplazarse a lo largo de su tesitura.

  • La respiración puede incidir en la emisión, mediante las relaciones entre la presión subglótica, la tensión de los pliegues vocales y la compresión medial. Dicho en simple castellano, si el aire es escaso la función de las cuerdas vocales se ve perjudicada, si hay mucha presión de el aire está debajo de las cuerdas vocales, también. Los resultados audibles se manifiestan fundamentalmente en el ataque del sonido y en su calidad. Podemos tener desde un ataque acompañado de un pequeño golpe a uno impresiso que deja escapar aire antes del sonido, y una sonoridad dura y metálica u otra apagada, si brillo y a veces acompañada de un soplo de aire.

En suma, hoy una frase hecha, nos ha servido para reflexionar en torno a las complejas relaciones funcionales que se ponen en juego al cantar. No hay una sola idea que pueda resumir la complejidad del canto, ni hay quien pueda ofrecernos un método infalible, pero si existe una base de conocimientos que pueden servir de guía a nuestro trabajo con la voz.


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